La pediculosis o infestación por piojos es muy frecuente en nuestra sociedad y especialmente entre los niños. Pero no por ello nos deja de impresionar saber que alguién de nuestro entorno o familia "tiene piojos". Y menos los niños de la familia. Automáticamente nos empieza a picar la cabeza...
Conociendo al piojo, perdiéndole el miedo y olvidando prejuicios:
El piojo es un parásito del hombre que vive en la cabeza, y pica para alimentarse de sangre. Se siente agusto al abrigo del pelo en zonas como la nuca y la parte de detrás de las orejas. La picadura del piojo produce un prurito que induce al rascado persistente. El contagio se produce de persona a persona por contacto del pelo, y por eso es tan frecuente entre los niños. La vida del piojo transcurre asi:
La hembra del piojo pone los
huevos o liendres que quedan pegados al pelo, muy cerca del cuero cabelludo, con una especie de cemento que los hace difíciles de separar del mismo. A los 8 dias aproximadamente de la puesta saldrá la ninfa del huevo. Después de 12
días ya será un individuo adulto capaz de reproducirse. Los adultos vivirán aún tres o cuatro semanas más. Las hembras ponen aproximadamente 7 huevos por día.
La infestación por piojos en nuestro entorno no
conlleva peligro de trasmisión de enfermedades infecciosas asociadas y su
tratamiento es eficaz.
En nuestro medio se infestan más los
niños que los adultos, y aún más las niñas. La pediculosis no es una
consecuencia de falta de higiene en el niño. Incluso no es extraño que los
niños que se contagien con más facilidad sean precisamente los más limpios. El contagio es
frecuente en el entorno escolar, y por esto es importante que los padres que detecten
que su hijo tiene piojos den el aviso en el colegio para conseguir tanto que
se trate a todos los otros niños infectados, como evitar nuevos contagios. La familia también supone un ambiente de contagio para hermanos y padres, aunque en
menor medida que el colegio.
¿Cómo saber si mi hijo tiene piojos?
Cuando un niño se rasca la cabeza
de manera nerviosa, cuando algún hermano del niño tiene piojos, o bien cuando
hemos recibido un aviso informativo del centro educativo del niño por sospecha
de pediculosis, debemos proceder a la exploración del pelo y el cuero cabelludo
del niño, y de cada uno de los miembros de la familia, pues este es el
diagnostico de la pediculosis. La exploración se realizará con buena luz, y minuciosamente sin
prisas, examinando el pelo y el cuero cabelludo especialmente en la nuca y detrás
de las orejas. Nos podemos ayudar con una lupa. Se buscarán tanto los piojos (entre 1 y 2 mm), como las liendres o huevos pegados
al pelo especialmente cerca de la raíz del mismo.
Tratamiento:
Solo se deben tratar los
individuos que tienen piojos. No se deben
utilizar los tratamientos como medida preventiva si no hay infestación.
El tratamiento de elección que
aconseja la Organización Mundial de la Salud es la permetrina en loción al 1,5 % que se
puede utilizar por su eficacia y baja toxicidad incluso en embarazazadas y
niños mayores de 2 años. Una alternativa muy eficaz es la dimeticona en loción que además
es muy bien tolerada también por su perfil de seguridad.
Los aceites esenciales naturales como
el de árbol de té, anís estrellado, ylang ylang, lavanda, etc, requieren el uso
de concentraciones altas y su eficacia
no está tan contrastada como en el caso de la permetrina o la dimeticona porque
la experiencia con ellos es menor.
El tratamiento con permetrina o
dimeticona debe realizarse humedeciendo bien el pelo y cuero cabelludo
con la loción para que el agente pedilulicida esté en contacto con el
parásito entre 10 y 30 minutos. Luego se lavará el cabello con un champú o
acondicionador que facilite que el proceso de pasar finalmente la liendrera (peine
con púas largas y juntas) y separar así las liendres del pelo. El tratamiento
debe repetirse a la semana para asegurarnos que incluso matar a alguna liendres
que pudiera quedar viva a pesar del tratmiento inicial. El tratamiento no debe basarse en el uso del champú unicamente pues el pediculicida actuaria diluido y estaria en contacto con el parásito menos tiempo que en el caso de la aplicación de una loción sobre el pelo seco que se deje actuar durante 15 a 30 minutos. La mayoría de los productos para el tratamiento de la pediculosis no contiene alcohol como excipiente de manera que no resecan la piel del niño y pueden utilizarse incluso en personas asmáticas.
En niños menores de un año los
casos son menos frecuentes. Si se produjera la infestación,el corte de pelo y la extracción mecánica de los
parásitos es un tratamiento suficiente y práctico en la mayoría de los casos, sin necesidad de recurrir al tratamiento que hemos explicado anteriormente.
Otras medidas higiénicas que pueden tomarse en todos los casos son lavar la ropa a 60
grados, plancharla al vapor, y limpiar peines, gomas de pelo y juguetes.
Los niños infestados no deben ser estigmatizados ni tratados de manera especial.
Pero si deben tratarse inmediatamente para dejar de sufrir los picores y de ser
fuente de contagio. Un niño tratado adecuadamente ya no contagia nada por lo que no debe ser aislado...pero puede reinfestarse de nuevo si no se diagnostican y tratan los individuos infestados en el colegio o en la familia.
Prevención:
Los compañeros de colegio y
familiares de los niños infestados deben ser sometidos a una exploración
minuciosa para poder tratar a otros individuos que también están infestados y que son fuente de
contagio.
Los repelentes químicos son sustancias diferentes a aquellas que se uitlizan para el tratamiento, y su misión, a diferencia de las anteriorres es prevenir el contagio. Llevan poco tiempo comercializados pero parecen eficaces. Muchos de ellos utilizan el alcohol como excipiente por lo que se deberá tener cuidado en caso
de pieles atópicas, personas con asma y niños menores de dos años.
La eficacia como repelente del
aceite de árbol de te parece adecuada, pero no está tan contrastada como la de los agentes químicos.
Si quiere saber mas sobre el tema
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